Para mi el obispo ha comenzado con buen pie en esta su nueva tierra. Bienvenido.
ENTREVISTA CON FRANCISCO PÉREZ GONZÁLEZ ARZOBISPO DE PAMPLONA Y OBISPO DE TUDELA
Miércoles, 1 de agosto de 2007 - 03:59 h.
«Lo que ocurra con el Gobierno de Navarra no me preocupa, todo navarro tiene buen corazón»
http://www.diariodenavarra.es/actualida ... 2=sociedadMonseñor Pérez González dice sentirse más que contento, feliz ante su nuevo destino. Pero no se engañen. Estaría igual de contento si le hubieran destinado a cualquier otro rincón del ancho mundo. También se mostró entusiasmado cuando le nombraron obispo de Osma - Soria, y cuando pusieron en sus manos la dirección nacional de las Obras Misionales Pontificias. O cuando le nombraron Arzobispo Castrense. Antes, cuando era un cura joven recién salido del seminario con 26 años, no era así.
- Antes siempre había solicitado cosas de ir aquí o allá... Pedí ir de misionero a África y estuve a punto de llegar al Zaire si una enfermedad muy grave no me hubiera tenido tres años postrado. Cuando Dios te pone el stop de la enfermedad te das cuentas que tu voluntad no cuenta. La cátedra del dolor es la que mas me ha enseñado. Allí comprendí que yo no tengo que hacer el programa que quiero sino ponerme en las manos de Dios. Desde entonces todo lo que me propusieron lo he aceptado muy a gusto.
-¿Cómo se enteró del nuevo destino?
-El otro día me llamó el Nuncio y me dijo que el Santo Padre me había nombrado arzobispo de Pamplona. Me dijo también que en Roma querían que continuará a la vez llevando las obras misionales pontificias porque en Navarra, que es tierra misionera, les gustaría mucho. Y yo le dije: señor Nuncio, vamos a la capilla. Quiero decirle que sí al Señor. ¿Ves como es todo de sencillo?
-Pues no llega usted en un momento sencillo a Navarra...
-
Lo que va a ocurrir en Navarra no me preocupa porque creo que todo navarro tiene buen corazón, aunque haya que purificarlo en muchos momentos. Y mi mensaje va a ser muy claro:
el amor a Dios y el amor al hermano. Aquí se encierran todos los mandamientos. Si logro transmitir eso, habré ganado mucho. Sé que vendrán momentos más o menos difíciles, como ocurre siempre.
-¿Ha hablado con monseñor Sebastián sobre Navarra?
-Claro. Don Fernando lleva allá 14 años y conoce muy bien esa tierra. Siempre me ha dicho lo mismo: «No tengas miedo alguno. El Señor te ayudará como me ha ayudado a mi. Yo hice mi parte y tu harás la tuya, abiertos siempre en la comunión con el Papa y el episcopado para anunciar lo único que tenemos que anunciar: el Reino de Dios.»
-Pero en el reino de Navarra se está librando ahora un intenso diálogo político. ¿Qué papel cree usted que puede ejercer para iluminar esa realidad? ¿
-Seré un testigo del amor de Cristo, es lo único que quiero ser: el amor convence y une. Las ideologías si no están llenas de amor, nada. La verdad sin amor se convierte en una ideología barata. Y la caridad sin verdad se convierte en un sentimentalismo paternalista. Yo hablaré en Navarra de la caridad y de la verdad de Cristo.
-Pero la realidad es tozuda y exige decisiones entre males y bienes mayores y menores.
-Sí, pero los problemas se solucionan cambiando el corazón de los hombres...
-Todos los hombres tienen corazón pero unos sostienen una cosa y otros la contraria.
-Pero la conversión es lograr que el corazón tenga capacidad de amar y perdonar.
Ni yo voy a solucionar los problemas de Navarra dando " bibliazos" ni con estructuras muy bien marcadas, sino con la fuerza de Dios que es amor. Ya sé que hay dificultades en estos momentos pero ya sabe usted que dos se van uniendo en la medida que también existe un deseo de búsqueda , de misericordia, de ayuda, y de buscar ciertamente lo importante para el bien del pueblo.
Mi parte va a ser llevar el mensaje del evangelio. Yo no tomo opciones políticas. -¿Tiene ya algún plan pastoral concreto? Los curas navarros siempre buscan en su obispo un buen pastor...
-Lo primero que quiero decirle es lanzar un ¡hurra! por Fernando Sebastián, gran amigo y gran obispo, sabio, inteligente y con una profundidad de entrega nada común. Yo no tengo ni su capacidad de magisterio ni tantas dotes intelectuales, ni su capacidad de profundización. Creo que ha trabajado intensamente en la diócesis y que le ha hecho un gran bien.
-Dicen que es como un párroco.
-Seguramente porque
me he movido en ambientes de gente sencilla, pobre, abandonada, desde mis contactos con los drogadictos en el barrio madrileño de San Blas. Y también por el hecho de discernir la vocación en los jóvenes que se preparaban para ser sacerdotes... y ahora en esta labor importantísima de atender al ambiente militar, que tienen que sufrir salidas a tierras lejanas, que dejan a las familias...